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Luis "El Terror" Días
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LUIS DÍAS Y SU MANIFIESTO ELECTRÓNICO

Yoé F. Santos *

"[...]dondequiera que estoy
el extranjero me siento
...también extraño en mi tierra
el que la quiera de verdad
pero mi corazón me aconseja
los nacionalismos
qué miedo me dan
ni patria, ni bandera
ni raza, ni condición
ni límites, ni fronteras
extranjero soy[...]"
Enrique Bunbury
El extranjero

Con relación al concierto "Luis Días y las Maravillas", me alegro mucho por la convocatoria. A fines de abril, dedicamos al compositor Luis Días, junto a otras personas de la generación del 80, "entre la fauna culturosa" dominicana nuestro más reciente ensayo "Tic's, Taz, Toc, ralenti... sabor de tambores y cotidianidad", sobre creatividad colectiva, las redes sociales y las formas de la solidaridad, en Internet.el texto está disponible en www.alojo.com

Las opiniones sobre el lugar que ocupan autores como Luis Días, en la dominicanidad ubicua, que es la tesis central del referido ensayo, en el avisoramiento de mundos posibles durante más de una generación, en la interjección de lo tecnológico, como soporte, del testimonio, la memoria colectiva y al mismo tiempo el rol de sujetos ( o reconstrucción de las subjetividades, ocluidas, precluídas) en relación a la cuestión de las herencias, pluricentro, de la fundación, comprensión y proyección de la vida cultural, tanto ergológica como espiritual, en el tránsito, perpetuamente redefinido, nos ha colocado desde fines de los 70, cuando dedicáramos una portada a los trabajos editados por CONVITE (en "Proyección Estudiantil", la revista mensual del Instituto Evangélico de Santiago, de la cual éramos jefe de redacción)... nos ha convertido en un fanático... muy particular, de Luis Días, lo mismo en la Societe, Generación en Rojo, Transporte Urbano, en su edición con I. Greagest, en los homenajes, en la Plaza España, en las Ruinas de San Francisco, en Casa de Teatro, en las Cuevas de Santa Ana, en la Chunga, en Poco Loco, en Talanquera, en Altos de Chavón, en TALANCA ...y en la Costa Norte...en el Teatro Nacional...

Una vida dedicada a ser y dar, para el otro, que en ocasiones, reside en cada pecho, pero los condicionamientos culturales, lo políticamente correcto, o la pura alienación mediática, nos llevan a negar, a obliterar. Luis Días abrió las puertas de nuevas racionalidades en cuestión de la codificación de la transición a la era actual, desde antes, mucho antes de la edición de su clip "Ay Ombe", divulgado como un cantigo a la vuelta de la vista, a quienes somos los y las dominicanas de esta madrugada del siglo XXI.
Ser maestro y mentor de una generación, de instrumentistas, pensadores, escritores e incluso de compositores más jóvenes como los letristas de bandas como "La Ruta", "Toque Profundo" o "Al jadaqui", por citar sólo algunos nombres sonoros...en los cuales la ciudad, el mundo y la subjetividad, se tejen para dejarnos reflexionar en paz, sobre la literaturidad, exclusion y mundos simbólicos con temas como "Parte Alta", "Pichirilo", "La Bomba".
Es ese Luis Días, el de los maratones, de la bici, del trote feliz, por entre los rayos y las palmeras del malecón, quien profético, siempre profético, como decía, en una conversación que sostuvimos en la galería de arte No Beau, al término de una exposición de Wolf, 1983-1984:
"Somos neo-esclavos, en vísperas del siglo XXI no vemos los grilletes, porque los grillos están en los hilos de la mente, en la forma en que la cultura de los medios de comunicación, va moldeando nuestras personalidades, los valores... con los cuales nos identificamos"
Casi veinte años antes de que se pusiera de moda, hablar de los planos en que los media, nos condicionan o de las formas en que los mismos, deforman, por el tratamiento interesado de la información, para reforzar el estado de las cosas, o bien, para el fomento de las cadenas del lucro, de la gran tirada, que asume como un oligofrénico o retrasado mental, el o la receptora de los mensajes: tal y como se ha hecho, para muchos evidente, en el caso de los acontecimientos posteriores al 11 de septiembre, incluyendo, varios autores estadounidenses, como Stan Goff o el periodista y cineasta Michael Moore.

Luis Días, comprendió antes que mucha gente que la nacionalidad y la cultura de los países, mediados por los turistas, las influencias culturales, exóticas, desde la industria del entretenimiento o a partir del aumento progresivo de las migraciones, del cambo a la ciudad, o de la ciudad de un país en vías de desarrollo hacia las sociedades industriales, habrían de marcar la conciencia colectiva, de forma durable. (Recordar canciones de la misma epifanía 'yolera' como "Oh! Chacabelo", por ejemplo):
"[...] mañana me voy llorando, oye!/
pa' no tirame del puente/
por mi madre y por mi padre/
[...]oye capitan de barco, oye!/
agarra bien lo'timone's ay! Dio'/
que no quiero ser carnada yo/
de lo' tiburone'[...]"

En la misma pieza, articulada, dentro de unos registros del lenguaje cinematográfico, desfilan la metáfora, el cinismo, los juegos infantiles ("chi-tu, chi-sa, chi-be") o los niveles de desesperación de una nación, atrapada en las coordenadas de los nuevos paradigmas:
"me voy/
aunque los tiburone'/
me pidan to'lo' papele'"
Es el mismo autor quien reconstruye la conciencia mítica de 'jodedor', del pusher, de los puntos de drogas, en la lógica del guetto, los abusos contra las minorías, la adopción del bilingüismo, lo mismo en "Song Guloya" que en "Native Reservation", composiciones que distan una de otra casi veinte años, pero en las cuales se tejen dos miradas, sobre la situación migratoria y las modalidades, para conservar viva la memoria, el "ser propio" a miles de millas, del lugar en el cual se ha nacido, de los paisajes con los cuales se ha crecido y de la lengua materna, cortocircuitada, por las influencias, en el caso de los cocolos, del español; y el caso del ciudadano dominicano en Washington Heights, por su inserción en una sociedad angloparlante y la devoción por la reconstrucción de usos costumbres, hábitos y tipos de consumo, conservación de los vínculos solidarios y comunitarios, en una sociedad anfitriona, donde la acumulación y exhibición de los logros simbólicos, del poder, la autorrealización, se ven atravesadas por besar el becerro de oro, como precondición, a la recuperación personal.

Por estas y otras muchas cosas, entre ellas, las danzas en el escenario, de los conciertos con la hermosa y critica diva, Sandy García, la mujer-arana... reírnos, fumar, cantar y en el fondo de la pupila, en el fondo del alma, en ese cuerpo, que exploraba la guitarra en sus registros limites, con el virtuosismo de un autentico shaman, saber, que el pensamiento alterno...la capacidad de "decir nuestra palabra", desde la condición de voces, marginales...pero no por ello menos interesadas en la calidad, la vocación humanística y la combinación de mecanismos de registro del pensamiento del hombre y mujer "de a pie", desde el auxilio de las ciencias sociales, como materia prima, para el trabajo creativo... dejarnos atravesar, por los poli estímulos de un mundo otro, que se descorre ante nuestros ojos, como una invitación, a sumarnos a las pesadillas, xenofóbicas, a los odios multimilenarios...
Quienes amamos la paz, la solidaridad, la humanidad, y esencialmente, la alegría, amamos la música de Luis Días, porque puede simultáneamente elevarnos, hacernos llorar, en un encuentro cualquiera con Franklyn Hernández, en la escuela de cine y televisión de los tres mundos... o saltar de la cama a escribir un poema.
Así, me hice un luisdiista, hace 25 años!
No es fácil seguir los pasos de una carrera, que se construye en los hilos discontinuos de los saltos aéreos, entre Maimón y New York, Moscú, La Habana, Madrid, Kingston o Berlín... pero tampoco es fácil, seguir las trazas de una nación que con menos de 10 millones de habitantes, en la cual 2.2 millones de personas, se han embarcado en la diáspora, por los cinco continentes. No es fácil, visualizar y contribuir a definir rutas para nuestra cultura, en el presente momento, pero no por ello: sacaremos la bandera blanca, nos pondremos la mano en la nuca, para que nos den el tiro de gracia, los apóstoles del neoliberalismo y los desarraigos, que ven en su receta, la pócima mágica, para vencer en la lucha contra pobreza, fortalecer la democracia y la capacidad de defensa de nuestras raíces, al Sur del Rió Bravo, en las estepas africanas o en las gélidas tundras euroasiáticas!!

Aunque no encuentre asiento en el concierto, una parte del alma sí estará en sintonía con las vibraciones del "Manifiesto Electrónico" del 24 de noviembre, un mes antes de la navidad.

* Director del Centro Cultural de Intercambio Audio-Visual de República Dominicana

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LUIS DÍAS Y LAS MARAVILLAS

Culturarte. New York, 24 de Nov. 2001. El sector popularmente conocido como el Alto Manhattan ha cogido bastante pela en los últimos días. El luto ha dicho presente de manera notable entre los criollos que habitan esta área predominantemente dominicana. Pero en medio de todo esto otra clase de terror se apoderó de Washington Heights el pasado 24 de Noviembre.

Por Henry Mena / Colaboración Especial

Luis "Terror" Días trajo consigo una buena dosis de su blues folckórico-eléctrico recibido por los presentes de manera reverente pero a la vez efusiva.

Interpretando favoritas como "Canto Al Trabajo", "Mariquita" y "El Corazón del Pueblo". Dias, junto a su banda Las Maravillas (Robert Julián en la guitarra, Jorge Suberví en el bajo, Guillermo Cárdenas en la batería, Reynaldo García Pantaleón en el alcahuete y Ramón Rosario en el palo mayor) arrancó con el estilo fluído que ha caracterizado sus actuaciones por acá desde hace unos años.


Entre los momentos notables de la noche estuvo la reconfiguración del clásico "Por la Parte Alta" como son, dando lugar a un sentido de guitarra de parte del Terror. Realmente encendió.


Por razones que desconocemos la actuación de Dias & Las Maravillas se dividió em 2 sets. Positivo, ya que las "condiciones" acústicas del local requerían del descanso timpanal de los presentes, pero nada favorable para la continuidad del "groove" en que tanto la banda como el público se encontraban.

En fin, una buena oportunidad para observar a una de las glorias del arte dominicano unido a una colección de jóvenes, talentosos músicos criollos en pos de una nueva etapa. Pongámonos en esto.

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LUIS DÍAS HACIENDO CAMPAÑA:
Por FRANCIS MESA:

Otra vez el cantante Luis Dias, El Terror, y lo que significa su figura, logran llamar la atención del público, esta vez con un método verdaderamente atractivo de promocionar un concierto, El candidato, Luis Dias el corazón del pueblo, a celebrarse el próximo sábado 11, en el salón La Fiesta del hotel Jaragua Reinassance.

El motivo, varios afiches en la que se simula el rostro del autor de La yola, cual si de un candidato más se tratara. Saco y corbata y sonrisa característica de los políticos en campaña, se presenta la imagen del controversial artista en diferentes puntos de la ciudad.

Última Hora se puso en contacto con la gente y les preguntó qué le parecía este recurso publicitario y si aceptaban al rockero como un prospecto candidato.


Opiniones:

*Veo bien este tipo de publicidad. Creo que él puede ser un buen político, porque tiene mucha sensibilidad.
Miguel A. Montás, universitario.

*Como ahora estamos en política tal vez la gente no lo capte bien y no lo tomen como lo que es, un concierto.
Melvin Aquino, estudiante.

*No veo bien que él se presente de esa forma porque como estamos en campaña política, lo pueden confundir con un político.
Julissa Pérez.Universitaria.

*A mí me parece bien, porque Luis Dias siempre ha sido un artista vanguardista.
Damaris Rodríguez, vendedora.

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LUIS DÍAS: YA GANAMOS:

Terror. Divo. Controversial. Atrevido. Adjetivos que perfectamente describen lo que es Luis Días, tanto sobre el escenario, como fuera de él. Puedes odiarlo, puedes amarlo, pero no puedes ignorarlo. Luis dio una demostración rotunda de lo que es capaz de hacer en el concierto "el candidato", celebrado en el Teatro La Fiesta del Hotel Jaragua (en el Jaragua!) el pasado 11 de Mayo.

COLABORACIÓN ESPECIAL: Alexéi Tellerías (Phoenix).

"y he aquí la moraleja
que encierran mis palabras
yo fui tu sirviente mudo
pero eso ya no va en nada"

Faltando 5 días para el proceso eleccionario, en una campaña matizada por los retoques fotográficos en photoshop, el clientelismo en su máxima expresión, los "mano a mano", la contaminación visual en nuestra ciudad primada (y ni hablar en las provincias) Y Luis que, como ser controversial al fin, no puede quedarse callado con todo este material disponible, lanza sus afiches. Más de uno (yo incluido) pensó que Luis había decidido ir a echar el pleito en el congreso o en algún ayuntamiento... Hasta que nos detuvimos a leer el afiche con más detenimiento.

"la canción del pobre se conoce
por que siempre habla de esclavos
y la mujer del pobre se conoce
porque siempre anda rompía"

Se trataba de un nuevo "palo acechao". Una nueva forma de parodia. Una excusa más para juntar a los legendarios de "Transporte Urbano" y "La Victoria", por lo demás excelente. Sin embargo, el haber en primera instancia suspendido y luego reconfirmado el concierto (y ni hablar de la lluvia) mermó en parte la asistencia de público. Ojo, no quiero decir que el teatro estuvo vacío, sino que de estos dos factores no haber colindado otra hubiese sido la historia.

10 PM. Apagánse las luces. Un video "por que Luis Días es mi candidato". Gente de pueblo defendiendo a quien en pocos minutos saldrá a escena a ofrecernos su propuesta. Y en el proscenio, dos grandes vallas con el rostro de Luis, como si realmente todo esto fuese una forma de reclutar fondos para un candidato. Y al final, Luis con su "yo arreglo... el este!". Sorprendió el no encontrarlo en saco y corbata (lo natural en un "candidato"). Ahí comenzó la noche, entre peticiones de canciones, gritos de campaña y hasta bailes (como el de la morena en "la manguera").

El concierto tuvo sus momentos emotivos (cuando Luis le dedica "Native Reservation" a un diseñador dominicano asesinado en New Jersey por policias),jocosos ("Bufeo") y emocionantes ("Ay, ay, ay, Candela", pero sin quemar banderas esta vez).

Y como mejor ejemplo de la descarga del espectáculo, hay que citar la excelente demostración que de sus respectivos instrumentos dieron Juan Francisco Ordoñez (guitarra) y Guy Frómeta (batería). ¡Rayos! Alguien me dice al oído: "Lo malo de conciertos así es que llega un momento en que no sabes a donde mirar". Y así desfilan "Anaisa", "La Yipeta", "La Bomba", "La Yola" (con Luis bailando y "remando" una yola invisible) y los solos de Ordoñez bautizan cada canción, y el público reventando...

"mi cuerpo destiñe
como media roja
y es que en mi cabeza
eplotó la bomba

Por primera vez Luis se despide. El público no se lo permite. Es aquí donde la "odiada" frase de "vuelve y vuelve" es utilizada en otro contexto... El Terror no se hace esperar, y complace al público. "Vickiana" es el cierre con broche de oro... Luis comienza a bailar y a revolotear cual poseído por los espíritus de la música mientras al público y al cielo llama: "Vickiana... VICKIANA!!!".

Una noche inolvidable. Y un concierto como sólo Luis Días sabe dar. Ojalá que no nos deje abandonados a nuestra suerte por tanto tiempo... el Terror siempre es necesitado por estos previos.









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Gracias, Luis:

-Por tu estupendo concierto del sábado 11 de mayo junto a La Victoria y Transporte Urbano.

-Por revalidar tu status de artista naciolnal de cultopor excelencia (nadie aquí te quita ese título).

-Por tus burlas socarronas a los candidatosquienes van a arreglar estosin importar cuantas bandas colorás participaron cuando nosotros éramos muchachitos.

-Por tu entrega total en el escenario, valió la pena esperar la hora y media de tardanza para verte.

-Por sacudir nuestras neuronas con tus letras descarnadas, quizás tus detractores alegarán que tus líricas está fuera de época; pero que va, todavía nos quedan algunas Mamás Tingós, todavía muchos se escapan en Yolas buscando mejor vida para convertirse en el almuerzo de tiburones, todavía pululan millares de Vickianasnocturnas que nos pueden romper el corazón o contagiarnos de alguna enfermedad venérea, todavía algunos dichosos nos echan vainas desde sus Pipetastodavía en la Parte Altasiguen perdiéndose quinceañeras quienes se convierten en mujeres a la mala, todavía Anaísanos puede alelar con alguna de sus brujerías.


-Por el compacto que recibí en la entrada, tus canciones no suenan en nuestras queridas emisoras, estás por encima de sus programaciones mediocres, no necesitas de payolas ni del Hit parade. Hace como tres años que no nos ofreces nuevo material discográfico, mientras esperamos, tus canciones son himnos que nunca cansan y siempre agitan.

-Por Guy y Ordoñez, como siempreFORMIDABLES, extrañé a Meter, igual, el viaje montado en tu Transporte volvió a dejarme hipnotizado en tu imaginaria chulámbrica, en tu rock sin artificios electrónicos.

-Por atacar a Bush y sus estúpidos métodos y delirios de grandeza.

-Por recordarnos que los gringos nos siguen considerando una Reservación indígena y nos cuesta fajarnos para que nos respeten.

-Por tu denuncia sobre el joven coreógrafo dominicano asesinado por unos policías newyorkinos (sí, los mismos héroes del WTC), tienes razón, esa noticia nunca salió en la prensa criolla hasta que la mencionaste.

-Por seguir manteniéndote fiel a tus ideales contracorrientes, por no celebrarles chuleríasa nuestros gobernantes.

El tiempo pasó muy rápido y es lo normal cuando se disfruta al máximo.

Extrañé canciones como Los Placeres, La Gungunay Rocapiedra, lo tendré en cuenta para la próxima vez que deleites a esta islita con tu talento. Luis, las elecciones pasaron, lamento que no dio tiempo para inscribir tu candidatura.

Por Iván Paula. Periódico El Caribe. Escritor iva_depaula@yahoo.com
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*LUIS DIAS- VICKIANA LAS SESIONES DEL 1985:

He estado esperando ansiosamente el Grandes Éxitos que Luis Terror Días prometió a sus fans. Esta deuda se mantiene vigente desde mediados del 1998. Supuestamente, ese disco saldría gracias al sello Aljibe. Luego, hace unos meses atrás, el Terror confesó en un programa de TV que Sergio iba a terminar de financiarlo, pero hasta el momento del merenguero sólo hemos podido observar su enmarañada cabellera mientras maldice a los cronistas de arte.

Por ahora, como compensación temporal, he conseguido un curioso y a la vez estupendo disco que data del año 2000. Este CD se llama Luis Días & Transporte Urbano Vickiana las sesiones del 1985.

Esta producción contiene nueve temas emblemáticos de Transporte en el que intervienen: Juan Francisco Ordóñez (guitarras), Héctor Santana (Bajo), Guy Frómeta (batería) y Bruno Ramson (saxo). Días compuso y vocalizó todas las canciones, a excepción de Los Lentes.

Dichos temas son originales del 1985, época en la que el grupo quizás sin proponérselo marcó las pautas de identidad de nuestro rock. Por ejemplo, aparte de mezclar ritmos folklóricos con el rock anglosajón, las líricas fueron concebidas en dominicano en una época donde era un atrevimiento mayor.

Su temática se aparta de la frivolidad de las promesas eternas de amor y demás clichés; a pesar de que han transcurrido casi diecisiete años, todavía sigue fresco el brillo de nuestra cotidianidad urbana, con el campo y el Caribe sobre nuestras cuestas.

La protagonista del disco tanto en la portada como en el tema principal es la mujer de vida alegre Vickiana (no confundir con la funcionaria y cantante), musa inspiradora del compositor Días, diosa de la noche y de los placeres de cientos de parroquianos (Vickiana tiene una pantalla encendida en sus piernas donde van todos los presos a mirarle la telenovela).

Este documento sonoro es una pieza de colección, tanto para los fanáticos que ya conocen este repertorio como para los iniciados en el universo luisdiísta.

Sobresalen clásicos de su repertorio tales como La Bomba, Ahora, Ay Candela y mi favorita Anaísa (desafío transgresor entre brujería y perdiciones nocturnas).

Al igual que sus dos producciones anteriores (La Yola (1999) y El Accidente (1998) ) hay que escarbar bastante para adquirirla localmente o asistir a sus presentaciones en vivo.

Felicito a los responsables de rescatar las canciones de esta producción para convertirlas en un compacto, estoy seguro que los placeres no acabarán nunca con ellos.

Iván de Paula ©
31/01/2002
















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*El Looking Fly.
Iván Araque

Hace dos semanas atiné a coordinar con Alexis una visita al Terror, que aún no se realiza. Oí que le habían hecho un homenaje en Santo Domingo, que se fue hace un mes huyéndole a este invierno neuyorkino, y que aún no regresa.
También estuve esperando que llegara mi guitarra eléctrica: así me le aparecía al viejo Luis, le robaba un par de acordes, nos dábamos unos tragos, Alexis cubría la retirada... ¡Coño, es tan difícil visitarse en esta ciudad! Y, con tan poco tiempo para hacerlo, terminas haciendo lo que todos, programando las juntaderas, calculando una y otra vez para no terminar congelado en una estación del tren.
Ya le llegará su tiempo, quizás el próximo fin de semana se pueda dar. Total, después de haberle asediado preguntando tantas vainas, de sentarlo para que me enseñara "Por San Juan vinimos", de recibir hasta permiso para escribir variaciones sobre la misma tonada (¡como si yo pudiera!), la noche más feliz que tuve jamás con Luis fue aquella -hace unos seis años, cuando un concierto de Luis en la isla era como regalo de Pascua- cuando nos fuimos a escondidas a bebernos una botella...
Salí a las cinco treinta de casa, me dirigí al Centro de la Cultura. Era noviembre, aunque hacía tanto calor como en verano. Mariela Freundt había producido un concierto en plena Calle del Sol, frente a la puerta misma del Centro. Cerraron inútilmente un par de calles durante un fin de semana, porque no fueron más que tres gatos a ver al Terror. Siempre recuerdo ese concierto como una de aquellas ocasiones mágicas en las que el Transporte se sumergía en su música para salir con lo mejor de las composiciones de Luis, todo precisión y vigor, disciplina y arrebato. Pero ese día, el día anterior al del concierto, yo me encontré a Luis cabizbajo entre las toneladas de equipo, harto hasta la saciedad de los productores y asistentes, de los imprevistos, del tiempo que tiene un músico que gastarse ocupándose de cosas que nosonmúsica -al menos, en esa visión romántica de la que nos gusta ufanarnos. Entonces, por algún milagro, se fue la luz. Y nos escapamos.
Salimos a buscar un pote de ron, donde fuera que hubiese uno. Caminamos un par de cuadras sin encontrar colmado alguno, y yo temí que Luis se sintiera comprometido a volver. Pero él, todo Bonao, me dijo que no iba a parte alguna, que siguiéramos viendo las casas viejas esas, los recuerdos de tiempos más dulces, casas de un Santiago antiguo que se iluminaban con dos estrellas en el firmamento.
Chismeamos, apresuramos el paso, discutimos minucias musicales, la memoria de otro amigo mutuo, el mejor, el de Talanca, Juanchi muerto a destiempo unos meses antes, su recuerdo siempre parte de nuestras conversaciones.
Siempre disfruto el poder discutir sobre música con Luis: nunca se adivina al antropólogo, al empecinado erudito y excarvador de nuestro más escondido folklore (porque no todos saben que el Terror ha estudiado exhaustivamente todo nuestro quehacer musical, como nadie). Cuando caminas con Luis, parece que alguien se va a cortar las venas de un momento a otro: las palabras se escupen, todo lo accesorio se esconde, la frase más banal tiene un sentido; y no sientes que tienes que decir cosas importantes. Es más, hay una infinita gracia en poder caminar con Luis y sentir que sólo se escuchan los pasos y las ratas en medio de una noche cualquiera de apagón. Todos los argumentos sonmusicales, pero nada más alejado del intelectualismo estéril que Luis Días.
Llegamos al Looking Fly porque no había nada abierto. Queda un poco retirado del centro, y hace unos meses que lo cerraron. Pero el Looking Fly era entonces el templo del saber más popular, donde los cueros te mostraban las tetas por centavos. Una sola mirada a su fachada de tablitas de palma (¡pintadas para aparentar caoba natural!) lo hacía perfectamente reconocible entre los demas prostíbulos de la cuadra, escondidos discretamente detrás de sus cementos inexpresivos. El Looking Fly era toda una afrenta pública: dos ventanas que daban a la calle permitían ver las luces de neón azul y rosadas, las caras de todas las Anaísas, todas juntas, algunas sonriendo, otras más duras que el acero, siempre las caras avispadas y dispuestas a meter la mano en tu bolsillo apenas pasaras por la puerta. Si la prostitución está entre las miserias que escondemos, entonces deberíamos buscar una manera de seguir mostrando este Looking Fly, el candor en la torpeza de sus instalaciones, la espontaneidad de sus gentes, el corazón cálido de la concurrencia y la vieja barriada.
A Luis le encantó. ¿Cómo no iba a gustarle que le llevara a un sitio digno del mejor de sus amargues, tan dominicano como la tierra misma? Antes de saludar, ya había pedido la botella y se había sentado en la barra. Yo me fui al fondo del local a ver al disc-jockey. Le rogué que pusiera algo que Luis hubiera escrito, al menos algo grabado por Sergio Vargas; no había ni mierda.
A Luis no le importó, ya el había caído en otra esfera. Observaba las paredes con ojos calmos, pero seguros, como quien pretende devorar cada detalle para después traducirlo, contarlo a otros. En cada sorbo se bebía toda la geografía del Looking Fly, la de todas las mujeres y los borrachos, y los caracteres que poblaban aquella hermosa primanoche otoñal.
Pasamos una hora en el lugar. Luis habló con el dueño mientras terminábamos la botella en la barra.
Una hora genial. El Terror miró a los bailadores y a los bailados, se sonrió, se sintió uno con todos, volvimos a chismear.
Y claro, nos compramos otro pote- pa'l camino